La fama.

Me lo he pensado un rato y, aunque en este momento haya 300 comentarios en moderación, voy a reabrir los comentarios. Eso sí, aviso: a este ritmo un comentario puede tardar una semana entera en aprobarse. O más.

Si os sirve de consuelo, conozco un blog donde tardan cuatro meses en responderte. No está nada mal.

…A lo que iba. Es curioso lo que ha pasado con un poco de fama, ¿no? Hace dos meses recibía diez comentarios al día como máximo. Hace dos meses el blog no había llegado a 60,000 visitas.

Las cosas han cambiado bastante. No digo que sea malo. Pero antes esto era un «pequeño negocio», y ahora parece una multinacional.

Uh, si algo he aprendido es que la fama requiere tiempo. Y eso es algo que le falta a todo el mundo. Para que se aprobaran los comentarios rápidos y se respondiesen a las preguntas pocos días después de ser enviadas, debería dedicar todo mi tiempo a mi blog. Pero tengo otras cosas que hacer.

Así que, uh, lamento que tengáis que esperar tanto para… todo. Cuando cincuenta personas quieren una respuesta mía a la vez, tienes que ponerte a la cola. Qué le vamos a hacer.

Quizás esté hablando mal de mi «fama», pero aseguro que hay muchas otras cosas buenas. Podemos decir que hago feliz a bastante gente con todo esto. Recibo agradecimientos por todas partes. Eso es bueno.

Vamos, que es motivamente saber que hay alguien en el otro extremo del planeta que se pone contento al saber que he publicado, por ejemplo, nuevas teorías de Five Nights at Freddy’s. Este juego ha causado una explosión de visitas sin duda alguna.

Um, bueno, como conclusión de todo esto tengo que decir: todos queremos ser famosos, pero serlo conlleva una gran responsabilidad. Más te vale estar preparado.